Saray Ortiz, otra niña más del 73% de niños secuestrados por sus madres

 

Cuando escribimos sobre las madres protectoras tratamos de recopilar los casos en los que algunas madres trataban por todos los medios legales e ilegales bloquear el vínculo entre padres e hijos. Algunos de estos casos se remontan hasta 2003, lo que da dimensión del largo sufrimiento que muchos padres vienen padeciendo y que algunos ya han dado totalmente por perdidos a sus hijos. En los últimos años se han reportado en los medios cada vez más casos de sustracción a menores por sus padres, debido a su reclamo mediático y sensacionalista. Son más que conocidos los casos de Juana Rivas, María Sevilla e Infancia Libre.

Pero hay muchos más: solo en 2021 se produjeron 434 denuncias, y de enero a junio de 2022 283. Y aunque las estadísticas del Ministerio del Interior (una vez más) no haga público el sexo del secuestrador, una vez más queda evidenciado que para el feminismo institucional el hombre (padre) es un dato silenciado. Según una investigación de La Haya – del Centro Internacional para Niños Desaparecidos y Explotados – el 73% de ellas las realizan las madres (es una cifra a la baja considerando que la asociación española Niños sin Derechos eleva esta cifra al 92%).

 

 

El secuestro de Saray Ortiz (5 años) en Tabernes Blanques en abril de 2023 es una de las sustracciones de menores más graves que hemos visto últimamente. Dada la especial cercanía con nuestra asociación en Alboraya contactamos con José Manuel, su padre, para darle nuestro apoyo y un altavoz para visibilizar lo que cientos de padres en España tienen que aguantar sin la ayuda de las instituciones. Gracias a Valentina Ortiz, activista por los derechos de los hombres y nuestra principal colaboradora, nos enteramos del estado actual del procedimiento en esta entrevista.

En la entrevista también se nos cuenta que la madre de Saray publicó unos vídeos en redes sociales donde se ven las condiciones en las que está viviendo Saray actualmente, con la intención de aparentar normalidad, que la niña “está en buenas manos”. José Manuel discrepa con lo que se ve en los vídeos y duda de que, aunque esté con su familia materna, ese barrio y ese ambiente que rodea a la pequeña en Francia sea lo más deseable para ella, y más teniendo en cuenta el traumático momento por el que pasó hace 2 meses.

Pero esta no era la primera vez que la madre se llevaba “por la bravas” a Saray. Desde 2020 ambos progenitores mantenían luchas por la custodia, cuando la niña tenía 16 meses. Por aquel entonces la madre se llevó a la niña sin permiso del padre y la mantuvo allí durante meses. José Manuel se vio obligado a recurrir a la justicia francesa para tener unas vacaciones mínimas con Saray en España. Una vez aquí la niña, el padre fue al juzgado de Moncada para ponerlo en conocimiento del juez y regular la situación. Éste dictaminó que la pequeña no podía salir del país, por lo que el padre quedó a cargo de la niña, ya que la madre no estaba dispuesta a vivir en España. Tras varias amenazas y un intento frustrado de secuestro, la familia francesa termina llevándose a Saray por la fuerza.

Desde finales de abril Saray no está con su padre, su abuelo ni sus amigos de la guardería. El momento fue captado en vídeo por un vecino y luego se viralizó por las redes sociales. En él se ve como su padre y su abuelo fueron asaltados violentamente por varias personas, que después se llegaron a identificar como miembros de la familia materna, la cual reside en Francia. Tras el secuestro el padre fue a denunciarlo rápidamente a la Guardia Civil, presentando un parte de lesiones e información del vehículo en el que se llevaron a Saray. ¿Cómo es posible que no consiguieran detenerlos antes de cruzar la frontera con toda la información que aportó el padre? Nunca lo sabremos, pero queremos pensar que pusieron los mismos medios que si la denunciante hubiera sido la madre.

Tras dar cuenta de la situación al juzgado de Moncada, el cual lleva el procedimiento civil de Saray, se le retiraba la patria potestad y la custodia a la madre y se la otorgaba al padre, al igual que ordenaba la devolución inmediata de la menor a España.

Este hecho responde claramente a un secuestro “marental”. Se trata de una situación que se produce tras una ruptura sentimental dolorosa, sin acuerdo, en la que uno de los dos padres de un menor se distancia del otro y no permite que el menor tenga contacto con éste. En la mayoría de casos, suelen instalarse en otro país, lo que dificulta aún más la labor de la justicia. A día de hoy José Manuel sigue esperando noticias de la justicia francesa, enquistada en un trámite de traducción del escrito que obliga a la madre a devolverle la niña al padre. Su sensación es de abandono por parte de las instituciones y de impotencia por la falta de soluciones.

También encontramos una excepción en este caso con respecto a la mayoría de los secuestros perpetrados por madres: la de Saray no necesitó usar la carta de la violencia de género para separar a su hija de su padre, pero este caso demuestra, una vez más, que los hombres/padres siguen viendo sus derechos pisoteados y que nadie hace nada para ayudarles. Ningún representante público sale en su defensa para denunciar la situación o acabar con esta discriminación.

Es curioso que los medios que cubrían la noticia ese día no llamaran a sus tertulianas feministas que siempre son fieles a la cita para hablar de violencia vicaria o que ninguno de ellos haya enfocado esto como un problema sistémico ejecutado en su mayoría por madres. Queda patente la falta de empatía y la distancia del periodista cuando es el hombre el afectado: se ha tratado como una simple disputa por la custodia cuando la víctima, a parte de la menor, es el padre. ¿Qué dirían en los medios si un padre raptara a su hija para separarla de su madre?

Para entender mejor el contexto de este drama el periodista de El Mundo, Quico Alsedo, acaba de publicar Algunos hombre buenos (La esfera de los libros), libro en el que recoge la historia de ocho hombres a los que les arrancaron a sus hijos de sus vidas durante años. El modus operandi usado por su ex parejas es el mismo en la mayoría de casos: en pleno trámite de divorcio o separación estos padres reciben una denuncia (falsa) por violencia de género, lo que abre un espacio para que estas madres hagan literalmente lo que quieran con sus hijos durante años, incluso esconderlos de sus padres y del mundo. Esta discriminación de género es legitimada desde las instituciones públicas cada vez que se indulta a las mal llamadas “madres protectoras” o cada vez que se llama desde la televisión pública “pederasta” a un padre (sin antecedentes) que luchó más de 8 años para recuperar a su hijo. No son conscientes del daño irreversible que provoca a los padres y a los hijos, pero para este feminismo radical, como ya sabemos, el fin justifica los medios.

 


 

Fuentes:

https://www.elmundo.es/espana/2022/10/23/63552654fdddff84728b4585.html

https://theobjective.com/espana/2022-10-30/gobierno-secuestros-parentales/

https://www.elmundo.es/cronica/2019/04/08/5ca88aa921efa0ad4b8b4604.html

https://www.levante-emv.com/horta/2023/04/29/familia-nina-secuestrada-tavernes-sospecha-86657693.html

https://www.telecinco.es/elprogramadeanarosa/sucesos/20230502/padre-nina-secuestrada-madre-valencia-armas-colegio_18_09406076.html

https://www.libertaddigital.com/espana/2023-03-02/pardo-de-vera-se-retracta-de-sus-acusaciones-de-pederastia-contra-rafael-marcos-ex-de-maria-sevilla-de-infancia-libre-6991811/

https://www.elmundo.es/papel/historias/2023/03/28/64231597e4d4d8a80e8b45a0.html