Masculinismo y feminismo: dos movimientos del igualitarismo

Actualmente el discurso feminista hegemónico, el radical marxista, ha conseguido hacernos creer que nos movemos en un único constructo: de un lado ellas con su visión del feminismo, del otro los hombres y también mujeres pertenecientes a la cultura del patriarcado. De tal manera que puedes unirte a ellas (y serías un hombre “justo”), enfrentarte a ellas (y ser un machista), o estar en un punto intermedio intentando acercarte a su feminismo pero conservando por socialización ciertas actitudes culturales y ser un micromachista.

FEMINISMO——————–MICROMACHISMO——————–PATRIARCADO

Bajo este modelo de lógica marxista, bipolar, donde los buenos que están siendo dominados están situados en un extremo y los malos dominadores en el otro, como si se tratase de la clase obrera y burguesa, solo cabe la “lucha” y la revolución feminista en forma de olas y de agenda, pues argumentan que existe un problema histórico “estructural” invisible que está en todas partes. Sin embargo, este argumento es más bien propio de un “pensamiento estructurado” que construye el mundo bajo un único constructo (superordinado que diría Kelly, el creador de la teoría de los constructos personales¹) y de unas gafas violetas como si los demás colores y perspectivas no existiesen y todo fuera violeta o no es.

En toda esta historia la masculinidad no existe, si no es para sumarse al movimiento feminista radical marxista en su lucha con sus gafas violetas, y a esa interpretación la llaman nuevas masculinidades emergentes. Cuando se lee las justificaciones y programa de sus congresos hablan principalmente de los problemas de las mujeres por la igualdad al que deben sumarse los hombres y de la violencia machista, en busca de “la transformación del modelo de identidad masculina hacia otras formas posibles de ser hombre más acordes con los tiempos actuales, tiempo de lucha feminista”, pues “estamos asistiendo a la visibilización cada vez mayor de un movimiento feminista potente y con gran capacidad organizativa y de movilización… que obligó a los hombres a posicionarse desde una previa reflexión de lo que las mujeres estaban tratando de significar”, tal como indica la justificación del I Congreso Internacional sobre Masculinidades e Igualdad²  de la Universidad Miguel Hernández de Elche, el cual es dirigido y organizado por mujeres del círculo feminista. 

La directora del Congreso, Anastasia Téllez Infantes, también es la directora del Curso de Especialización Masculinidades, género e igualdad, de la misma universidad. Muy clarificador es la justificación que ofrece la directora en el vídeo de presentación sobre la necesidad de este curso: “Con esta cuarta ola del feminismo tenemos que incorporar el estudio de los hombres y de cómo socializamos a los chicos, a los adolescentes, etc, porque solamente de esta manera podremos dar pasos potentes en la consecución de la eliminación de todas las violencias de género, las violencias machistas, que ejercen hombres contra mujeres, y que tienen su base en esta organización que hemos denominado patriarcado, que se perpetúa en el tiempo a base de una cultura y unas representaciones ideológicas compartidas por hombres y mujeres que es el machismo.” ³

Más claro no puede estar, para el movimiento de las nuevas masculinidades se trata de redefinir la identidad del hombre para que responda a las demandas del feminismo dominante, y ni una palabra de los hombres maltratados, de los hombres separados que no pueden ver a sus hijos y son echados de casa además con las costas económicas, de los hombres encarcelados bajo la presunción de culpabilidad por una denuncia falsa, de los 3.000 hombres que se suicidan al año (el triple que mujeres), y un largo etcétera que los hombres, y también muchas mujeres, estamos denunciando en las redes sociales, y que para ellos sencillamente no existen dichos problemas en su agenda y plantean un modelo de hombre a imagen y semejanza de los deseos del feminismo radical marxista. Desde luego, es una buena forma de encontrar trabajo en la universidad el asociarse a la ideología del poder, pero no de atender a las demandas y problemas reales de los hombres en la calle.

Es por ello, que el modelo bipolar marxista no nos vale para comprender el mundo actual del siglo XXI de la sociedad occidental, necesitamos salirnos de esa clasificación bipolar marxista de estar con ellas o contra ellas, donde ellas llevan la bandera de la justicia y los demás disconformes la de la dominación e injusticia. Las sociedades no se pueden reducir a ser A o no A, en el siglo XXI la sociedad ilustrada occidental no puede caer en ese simplismo, el pensamiento europeo es lo suficientemente rico para no ver el mundo bajo unas únicas gafas bipolares que promueven el pensamiento único y ninguna autocrítica interna (ni un paso atrás), tenemos una tradición europea de siglos de libre pensamiento que nos obliga a decir basta a ser clasificados en A o no A según ciertos intereses… de género en este caso.

Esta temática quiere presentar otro esquema no bipolar de seres enfrentados en A y no A para comprender la lucha de los seres humanos contra las injusticias que puedan sufrir hombres y mujeres por ser eso: hombres y mujeres. Nos basaremos en el modelo de Daniel Jiménez en “Deshumanizando al varón. Pasado, presente y futuro del sexo masculino. Para Daniel Jiménez, hay que romper el monopolio feminista de la narrativa de género para comprender los problemas que atañen a ambos géneros, debemos partir de otro constructo llamado “igualitarismo”, el cual sería el constructo superior si nos imaginásemos un esquema en forma de árbol. El igualitarismo es la lucha de hombres y mujeres por conseguir condiciones de igualdad reales respecto al otro sexo allí donde hay discriminación, supone “hablar de un sistema de roles de género que beneficia y perjudica simultáneamente a ambos sexos en distintas áreas”.  Del igualitarismo nacería por un lado tanto el masculinismo como el feminismo, como dos movimientos que buscan la igualdad real frente a las condiciones de desigualdad existentes, cada cual las suyas, y a su vez cada movimiento generaría diversos discursos dentro del masculinismo o del feminismo. Presentaremos ahora tan solo el esquema y los discursos, como forma de romper esa lógica bipolar marxista del feminismo radical hegemónico, y a lo largo de esta temática iremos desarrollando diversos discursos y conceptos del masculinismo y del feminismo y de su pluralidad de interpretaciones.

Fuentes:

1. George Kelly (2007). Psicología de los constructos personales.

2. Puede consultarse el programa y justificación del I Congreso Internacional de Masculinidades e Igualdad organizado por la Universidad Miguel Hernández de Elche en 2019 en https://congresomasculinidades.edu.umh.es/justificacion/.

3. El curso especialista en Masculinidades, género e igualdad de la Universidad Miguel Hernández de Elche con los programas de formación y los vídeos de su justificación se puede consultar en https://especialistamasculinidades.umh.es/

4. Daniel Jiménez (2019). Deshumanizando al varón. Pasado, presente y futuro del sexo masculino.