María Sevilla

La última heroína del feminismo radical estrena su indulto después de haber sometido a su hijo y al padre de éste a un verdadero infierno durante años. Rafael Marcos, su expareja, estuvo siete años sin ver a su hijo. La expresidenta de Infancia Libre, primero le impidió verlo tras separarse ambos, y luego consiguió que lo impidiera el juez: le acusó, con un informe psicológico, de abuso sexual sobre el menor. Cuando se demostró que todo era falso, y después de hablar en el Congreso de los Diputados sobre abuso infantil invitada por Podemos, Sevilla desapareció con el menor, de nueve años.

La Policía los encontró, tras dos años en paradero desconocido, en una finca de Cuenca, con el niño sin escolarizar y sin vacunar, sin saber restar a sus 11 años, con frases de la Biblia escritas en las paredes, en un ambiente que los propios agentes calificaron de “insalubre”. Aunque ella siempre justificó sus actos acusando al padre de abusar sexualmente del pequeño, los informes no pudieron probar que jamás ocurrió. Y menos cuando estos informes eran referenciales, que se fundamentaban en el testimonio de una de las partes.

Sevilla fue finalmente condenada a dos años y cuatro meses de cárcel más la retirada de la patria potestad durante 4 años. Tras haber agotado la vía penal para recurrir hasta el Supremo, Sevilla ingresó finalmente en un Centro de inserción social al mismo tiempo que pedía un indulto al Gobierno. Éste recogió el guante y rebajó la condena a 2 años y cambió la inhabilitación de la patria potestad por 180 días de servicio a la comunidad. Así es, María Sevilla evitará la cárcel y seguirá teniendo derecho a participar de las decisiones más importantes de la vida de su hijo menor. Actualmente el padre, Rafael Marcos, ha asegurado que recurrirá este indulto parcial ante el Supremo.