Por qué denuncian tan pocos hombres

CarlosVdeHabsburgo, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons

Las cifras anuales de violencia de género no dejan de aumentar, es cierto que hubo una pequeña bajada durante la pandemia, pero ya las cifras se han recuperado , y han seguido subiendo . En 2022 superamos por primera vez las 180.000 denuncias anuales. Según asociaciones feministas y políticos, estas cifras son solo una pequeña muestra, se estima que el 80% de los casos de violencia de género no se investigan ni se tienen en cuenta. Lo cual supondría que  si 180.000 es solo el 20% de los casos, entonces el número real de agresiones que sufren las mujeres debe de rondar cerca del millón de víctimas anuales.

¿Y en el caso de los hombres? Cuando hablamos de hombres maltratados por sus parejas hay un opacamiento absoluto. En los informes del Consejo General del Poder Judicial solo se recogen los casos de homicidio, por lo que no sabemos el número de denuncias. En el caso del I.N.E. sí que se recogen las denuncias producidas en el ámbito de la violencia doméstica, pero misteriosamente aparecen especificadas todas las principales relaciones de parentesco menos la que hace referencia a la que sufre un hombre a manos de su pareja:

Como podemos comprobar en la tabla que el I.N.E proporciona se detalla todo tipo de relaciones entre agresor y víctima, padres, hijos, abuelos, nietos, hermanos… sin embargo hay 2.116 agresiones en 2.022 que no se especifican dónde se han producido, pese a que se detallan otras mucho menos numerosas, como las que sufren los nietos a manos de sus abuelos, que apenas llegó a los 71 casos  en el mismo año. Por descarte es obvio que dentro de ese “resto de relaciones” se encuentra principalmente los casos de hombres agredidos por sus parejas, pero ni se nombran ni se da la cifra exacta, como si reconocer la mera existencia de ese maltrato transgrediese un dogma sagrado, la idea de que la única causa del maltrato en la pareja es el género y su única víctima posible la mujer. Aunque sea una cifra baja en comparación a las denuncias de mujeres, reconocer que hay hombres que puedan ser víctimas de violencia en la pareja es al mismo tiempo reconocer que dicha violencia puede deberse a cuestionas distintas al género, lo cual invalidaría el mantra aprobado con la ley de violencia de género que establece el género como única causa posible de maltrato en dicho ámbito. No tendría sentido que pueda haber otros motivos de agresión que afecten a hombres y que al mismo tiempo no puedan afectar a mujeres.

En cualquier caso, aun suponiendo que esos dos mil casos anuales fueran en su totalidad de hombres maltratados por sus parejas, sigue siendo una cifra paupérrima en comparación con los 180.000 registrados en el ámbito de la violencia de género. Uno podría pensar que esto prueba que la violencia en la pareja se produce en su amplísima mayoría de hombre a mujer, con lo cual el componente del género si sería un factor fundamental a la hora de identificar a esa violencia. El problema es que los datos que nos aportan prácticamente la totalidad de estudios científicos sobre la violencia en el ámbito de la pareja arrojan unos resultados totalmente distintos.

El P.A.S.K (the Partner Abuse State of Knowledge project) es el metaestudio más grande jamás realizado sobre la violencia en el ámbito de la pareja. Basado en más de 1.700 estudios llevados a cabo por todo el mundo en los que se analiza la frecuencia con la que ambos sexos realizan y sufren ese tipo de violencia y las motivaciones reales tras ella. Sus conclusiones son las siguientes:

  • Los porcentajes de hombres y mujeres que han sufrido agresiones físicas son similares, 19% de hombres y 23% de mujeres respectivamente.
  • Hay más mujeres que hombres que cometen agresiones físicas, 28,3% frente a 21,6%.
  • Las cifras de violencia psicológica sufrida también son similares para ambos sexos, hay un 40% de las mujeres y un 32% de hombres que han sufrido violencia expresiva (en respuesta a una provocación), y 41% de mujeres y 43% de los hombres que han sufrido abusos coercitivos (con la intención de vigilar, controlar y/o amenazar).
  • Las mujeres sufren muchos más casos de acoso, entre un 4.1% y 8%, frente al que sufren los hombres que se encuentra entre el 0,5% y 2%.
  • La mayoría de la violencia en la pareja es bidireccional  con un 57,9%, el resto de la violencia (43%) es unidireccional y de esta el 28,3% fue realizada por mujeres y el13,8% por hombres.
  • Los motivos de la violencia son similares en ambos sexos, siendo principalmente los celos, el estrés y la ira, y que los casos motivados por control y dominio no arrojan diferencias apreciables entre hombres y mujeres.

¿Entonces como es posible que haya una diferencia tan escandalosamente abultada cuando se trata de las denuncias de uno y otro sexo? Pues principalmente por la forma en la que desde la sociedad percibimos la violencia de uno y otro sexo. Se nos enseña que a una mujer no hay que pegarle ni con el pétalo de una rosa, al hombre que golpea a una mujer se le adolece de falta de hombría e igualmente se le tachará de cobarde si responde a una agresión femenina en igual medida. En cambio las agresiones de mujeres a hombres no suponen un reproche similar, de hecho son motivo de vergüenza para el hombre que las sufre o directamente de mofa. Basta con comprobar que el programa de televisión más visto de la historia en lengua española es una serie de comedia infantil cuyo punto culminante de cada capítulo consistía en que una mujer abofeteaba a un hombre al considerarle culpable de algo que en realidad no había hecho.

 

 

Esta diferencia a la hora de contemplar la violencia entre ambos sexos se ha acrecentado en las últimas décadas, alimentada por un movimiento feminista que anima a la mujer a denunciar cualquier tipo de agresión por nimia que sea. Esto ya lo comprobamos en un artículo anterior en el que vimos como algunas condenas por violencia de género hacen referencia a hechos tan irrelevantes como llamar “desgraciada” a tu pareja en plena discusión. Al mismo tiempo la figura del hombre maltratado es totalmente invisibilizada, como podemos ver en las encuestas realizadas entre los jóvenes por el ministerio de igualdad, en las que las preguntas hechas a las chicas se hacen partiendo de que son víctimas y en el caso de los chicos de que son agresores. Igualmente hemos visto el rechazo del movimiento feminista hacia cualquier mención de maltrato que puedan sufrir los hombres. La propia guardia civil tuvo que retirar un mensaje de Twitter en el que mostraba dos carteles, uno condenando la violencia en la pareja que sufre la mujer y otro equivalente condenando la que sufre el hombre. La secretaria de igualdad del PSOE, Carmen Montón acusó por ello a la guardia civil de “cuestionar la violencia de género”, llegando incluso a pedir la comparecencia del ministro del interior en el Congreso. Un rechazo similar sufrió el documental “Silenciados” el cual quería mostrar la violencia que sufren los hombres, lo que le llevó a sufrir un feroz boicot  por parte del activismo feminista que provocó que fuera expulsado de la plataforma de crowfunding “Verkami”, dificultando su financiación y hasta manifestaciones en la propia entrada de los cines en los que se expuso, tratando de impedir la entrada a los asistentes. Curioso que un movimiento que afirma defender la igualdad luche de forma tan feroz contra quienes únicamente tratan de visibilizar otros tipos de violencia.

Para darnos de la repercusión que ha tenido esto basta con ver como se ha ido acrecentando el número de denuncias desde que la ley de violencia de género entró en vigor, pasando de unas 20.000 denuncias anuales los años previos a la ley de violencia de género, a los actuales 180.000 2.022 ¿Sufren actualmente las mujeres 9 veces más agresiones que en los años 90? ¿O más bien hemos judicializado absurdamente las relaciones en los últimos años? ¿Qué pasaría si se impusiese una corriente similar que animase a los hombres agredidos  por sus parejas a denunciarlas? ¿Por cuánto podrían aumentar los casos de hombres que lo harían? ¿Por diez? ¿Por cien tal vez? Seguramente tendríamos cifras similares a los de las mujeres, tal y como hemos comprobado que reflejan la amplísima mayoría de estudios.

 

Fuentes:

Ine violencia doméstica: https://www.ine.es/prensa/evdvg_2022.pdf

PASK https://domesticviolenceresearch.org/

Violencia en la adolescencia: https://violenciagenero.igualdad.gob.es/violenciaEnCifras/estudios/investigaciones/2021/pdfs/Estudio_ViolenciaEnLaAdolescencia.pdf

Anuario estadístico del ministerio del interior 2020: https://www.interior.gob.es/opencms/es/archivos-y-documentacion/documentacion-y-publicaciones/anuarios-y-estadisticas/anuarios-estadisticos-anteriores/anuario-estadistico-de-2000/

Noticias:

https://www.poderjudicial.es/cgpj/es/Poder-Judicial/En-Portada/Las-denuncias-y-las-victimas-de-la-violencia-de-genero-aumentaron-en-Espana-por-encima-del-10-por-ciento-durante-el-pasado-ano—

https://www.lasexta.com/noticias/sociedad/las-mujeres-denuncian-la-violencia-machista-cada-vez-menos-solo-lo-hace-el-20-de-las-victimas_201908085d4c72ff0cf264a166614919.html

https://www.publico.es/sociedad/guardia-civil-disculpa-ahora-equiparar.html

https://www.lacerca.com/noticias/espana/polemico-documental-hombres-maltratados-estrenara-dia-hombre-barcelona-392235-1.html